El golf y la mente (Introducción)

Este es un resumen del libro de Raymond Floyd, escrito con el objetivo de sintetizar los conceptos más trascendentes para que la brevedad del texto facilite releerlo repetida y frecuentemente, a manera de incorporarlos.

No hay una manera específica de jugar golf, es decir no hay una para jugar el putter, un chip o un pitch. Básicamente es un juego de sensación. En lo que sigue se expresan los fundamentos, pero al mismo tiempo se enfatiza la conveniencia de tomar esos fundamentos y desarrollar un swing propio, golpes de juego corto propios y técnica de putting propia, algo que se pueda sentir cuando uno está en el campo de golf. Si conoces la sensación que “funciona” y la puedes recapturar cuando estás jugando, no debes preocuparte por los ABC’s mecánicos cada vez que te paras frente a la pelota y vas a ser un mucho mejor jugador por ello.

LA MENTE

Vamos a resaltar el aspecto mental de este juego. Una vez que tienes un swing o un golpe que funciona razonablemente bien, tu actitud mental y emocional constituye el 95% del paquete que determina cuán bien y cuán consistente resulta tu juego. Esta es una cuestión bien sabida, pero a la cual muchos amateurs (y algunos profesionales) no prestan atención. Al menos parece que lo olvidan tan pronto salen del primer tee. Entonces, retornan a preocuparse del set-up, el grip, el backswing, etc. y apenas comienzan con esta rutina olvidan el objetivo del juego, que es hacer avanzar la pelota e introducirla en el hoyo con el menor número de golpes. Ellos, no están jugando al golf.

Probablemente, te ha sucedido alguna vez que al pararte frente a la pelota tuviste la sensación de saber anticipadamente la trayectoria que seguiría la misma. Tuviste la sensación de que la pelota se introduciría en el hoyo en un putt largo, pegar y comprobar que ocurrió exactamente así. Es lo que se llama “visualización” y que puede llegar a ser la parte más importante de tu paquete mental. Algunas veces la sensación dura un golpe pero puede mantenerse durante una ronda o aún un torneo de 4 días.

La sensación es la de estar viendo ocurrir todo antes de que ocurra, o como si ya hubiera sucedido antes y solo se trata de repetirlo. Es jugar cada golpe en la mente antes de realizarlo, concentrado solo en lo que hará la pelota y dejar que ocurra espontanea y naturalmente a partir de una relajación total.

"Ésta es la parte divertida, es decir, realmente divertida. En un tiempo yo he cuestionado esto, me he preguntado porque estaba ocurriendo. Luego aprendí a no cuestionarlo, simplemente aceptar que estaba ocurriendo y disfrutarlo" (Raymond Floyd).

¿Por qué me venía esta sensación? ¿Porque yo sabía que iba a pegar un drive perfecto o que el putt se iba a introducir en el hoyo? Sospecho que es una combinación de confianza en mi habilidad y mi concentración en lo que deseaba que ocurriera.

Esta confianza y esta habilidad para concentrarse en el golpe vienen de la práctica y la experiencia. Yo estoy jugando de nuevo los miles de putts, chips y pitchs y todos los otros golpes que he jugado a través de años. Son un reflejo de experiencias positivas anteriores.

Creo que un jugador puede inducir una visión previa, una visualización de un golpe. La mente controla el cuerpo, y si trabajas duro en controlar tu mente, usándola en la forma correcta, puedes producir la respuesta adecuada de tus músculos. Si te concentras, puedes ver el putt rodando dentro del hoyo, ver el golpe de pitch flotando alto sobre la bunker y quedando cerca del hoyo (todo antes de pegar). Pero es imposible inducir o visualizar un golpe que no puedes realizar, que no has hecho incontables veces anteriormente.

LA PRÁCTICA

Esto se consigue con la práctica intensiva. Si se desea competir y ser tan bueno como se pueda lograr, entonces es necesario trabajar en el driving range. Cada buen golpe en el tee de práctica, cada putt que se emboca en el green de práctica, ingresa al banco de memoria. De manera similar, cada vez que uno emboca un putt en cualquier cancha del mundo, uno tiene algo más como referencia para la próxima vez que enfrente una situación equivalente en otra parte, lo cual ocurrirá sin lugar a dudas. Uno mejora cada vez, hasta que finalmente, uno se dice a sí mismo subconscientemente “Oh!, he ganado confianza en este golpe y puedo hacerlo”.

Por eso, todo lo que se insista en recomendar practicar juego corto, green de práctica, bunker, etc. nunca será demasiado. El nivel de juego que se pueda alcanzar estará directamente en relación con la dedicación que se brinde a la práctica, combinada con el propio talento.

De esta manera, se construye el banco de referencia que permite visualizar la trayectoria de la pelota antes de impactarla y disponer de la actitud positiva que automáticamente pone en juego los movimientos para materializarla. No existe ningún buen jugador que no confíe plenamente en que es capaz de poner la pelota dónde se lo propone.

Según Raymond Floyd, “Tú eres lo que piensas que eres, en el golf y en la vida. Tú puedes ser lo que deseas ser. Y tú puedes vencer a cualquiera que quieras vencer, si trabajas para ello y pones tu mente en el marco adecuado. Yo nunca quise ir contra nadie que yo no pensara que podía vencer. La sensación en la boca del estomago no me permitiría jugar bien."

Seguí leyendo "El golf y la Mente Capitulo 1" aquí.

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