Temas a conocer para no confundirse: Grips

Muchas veces nos encontramos pensando cómo mejorar nuestro juego y lo asociamos inmediatamente a comprar palos o cambiar varas. En muchos casos ese será el camino correcto. Pero en otros descubriremos que no evaluamos qué tenemos y si puede mejorarse sin afrontar inversiones mayores.

En general, cuando se evalúa la búsqueda de algún golpe menos por vuelta, alguna yarda más en ese par 3 o un tiro más derecho cuando enfrentamos un fairway angosto, se nos escapa el tema de los grips.

Sabemos que una de las recomendaciones que recibe cualquier principiante (y no tanto) es que no apriete demasiado el grip. Para darnos una idea de cuál es la presión adecuada las referencias suelen ser las de hacerlo “como un tubo de dentífrico”, “como si tuvieras un pájaro en la mano”, etc. Todas apuntan a lo mismo: a no rigidizar ni la mano ni la muñeca. Esta excesiva presión o fuerza en el grip lleva sólo a imprecisiones y movimientos carentes de fluidez y naturalidad.

¿Y por qué apretamos en exceso?

Hay varias razones que pasan por la sensación de cada jugador y su mayor o menor sensibilidad. Una de las razones que valen para todos es la siguiente: el grip está muy gastado, de esta manera, nos da la sensación de que no está firme en la mano, que se percibe que se puede deslizar, y esto hace que nos aferremos más fuerte. Esta sensación de inseguridad en el agarre, la mayoría de las veces, se origina en que el grip está muy gastado o endurecido por el paso del tiempo. Y ese “pequeño detalle” puede estar haciéndonos “comprar” muchos golpes más por vuelta y, además, quitándonos la satisfacción inigualable de ver un buen golpe volando y cayendo donde nosotros queríamos. Este aspecto de nuestro juego se mejora radicalmente haciendo un cambio de grips. Y a la hora de cambiar, no nos olvidemos de ver si los que tenemos son del tamaño adecuado para nuestras manos.

Modelos y medidas

Como en todo equipamiento para golf, hay modelos y medidas varias, no por sofisticación sino por necesidad. Está probado que un grip pequeño para una mano hace que esta apriete más. Esto es fácilmente notable en los grips de putters. Muchos golfistas (especialmente las mujeres o juniors) que heredan putters los reciben y usan tal como están. No es extraño que esos putters sean muy largos y el nuevo usuario los tenga que empuñar más abajo que lo normal lo que hace que casi esté tomando el palo en la vara de acero, justo abajo del grip. Eso y decirle que no va a tener ninguna posibilidad de hacer un putt razonable es lo mismo.

En todos los deportes que incluyen el uso de una herramienta de juego con mango (tenis, beisbol, paddle, badmington, etc.) hay distintas medidas de grips para adecuarlos a distintos jugadores. En el tenis es común que uno use una raqueta prestada y, si el grip es chico para nuestra mano, al terminar de jugar sentiremos la mano dolorida. Sí, eso sucede porque instintivamente apretamos más. En el tenis es más notable el efecto porque tenemos la raqueta empuñada todo el tiempo. En el golf el efecto se verá, de manera variada, en nuestros golpes erráticos.

Por eso, no le mezquine al cambio de grips. No por la pinta. Es una mejora de juego.